Flote



El motivo de la entrada de hoy es daros a conocer otro restaurante de nuestra ciudad al que hemos tenido el placer de visitar recientemente. Se trata de Flote, a cargo del innovador chef Adrián Merenciano.

Situado en pleno centro de Castellón, en una casa centenaria, concretamente en la calle Navarra número 58, el local destaca a primera vista por el buen gusto en su decoración. En el salón situado en la primera planta, las lámparas, blancas y onduladas a modo de olas rizadas recrean el mar, nuestro mar Mediterráneo, tranquilo y cálido. Solo el tapizado rojo de las sillas rompe la claridad de la zona.

Os dejo su web donde podréis consultar ubicación, menús y fotos de los platos.

A modo de bienvenida, te permiten optar por tomar los snacks en la recepción del restaurante junto a una copa de vino, cortesía de la casa, o ya en mesa.
  •        Esfera de sobrasada. Sobrasada envuelta en una especie de arroz crujiente. A mi parecer, faltaba algún elemento emulsionador para que resultara más compacta y no se deshiciera al cogerla.
  •        Crujiente de hierbas aromáticas. A modo de papa china pero con un agradable sabor a hierbas. Nos encantó.
  •        Tartaleta de melocotón y jamón de pato. Un suave coulis de melocotón en la base de una original tartaleta realizada en forma de media esfera de chocolate. Lástima que el potente sabor del chocolate neutralizara el resto de sabores.


Pasamos a la primera planta donde ya en mesa pudimos degustar los siguientes entrantes:

  •      Sashimi de salmón, helado de wasabi y esfera de aceite. Simplemente, espectacular. Un salmón perfectamente marinado, el wasabi refrescante y en un punto exacto de picante y unas deliciosas esferas de AOVE que te dejaban con ganas de más.

  •       Taco de verduras escabechadas y codorniz a la plancha. Sorprendente taco de tortita de maíz crujiente, con un escabeche perfecto.

  •    Albóndiga de bacalao. Donde te encuentras auténticos trozos de bacalao y un rebozado crujiente que llevan a esta albóndiga al podio. Como aspecto negativo, resaltar el polvo sobre el borde del plato por su elevado olor a alga deshidratada.


Como plato principal degustamos los siguientes:

  •        Arroz cremoso de remolacha y secreto ibérico. El arroz en su punto exacto, dulce por el sabor tan característico de esta hortaliza y acompañado de una suave salsa all-i-oli.

  •        Presa ibérica, cecina del Maestrazgo y vinagreta de trufa. Todo riquísimo, a destacar las esferificaciones de vinagreta. Como el chef dice, “un homenaje a la tradición y productos característicos de nuestras tierras norteñas”.


Por último, nos sirvieron el siguiente postre:

  •        Gelán de pimientos confitados a la brasa, bola helada de queso trufado y glaseado a la miel de piñones. Cabe decir que a estas alturas estábamos más que satisfechos –en cuanto a calidad y cantidad- motivo por el cual no pudimos terminar el postre, con un potente y excesivo sabor a queso que junto al sabor de pimiento recordaban más a un plato principal que a un dulce. No refrescaba la boca como debe finalizar una más que excelente comida.



Con el café, degustamos unos exquisitos petits fours cortesía de la casa.




Música: Carreteras infinitas, de Sidonie


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